El fuego puede engullir en cuestión de segundos, por lo que es indispensable tener una mínima protección contra los incendios, tanto en nuestra casa como en el lugar de trabajo. En caso de un incendio, el extintor es nuestra primera línea de defensa contra las llamas, pero es importante conocer los varios tipos de extintores, en función del posible tipo de fuego.
Clase A (se identifica con un triángulo rojo)
Se utilizan contra los incendios asociados a los materiales combustibles ordinarios como papel, madera, telas, cartón etc. que, si miramos a nuestro alrededor, representa aproximadamente el 90% de riesgo de incendio. Estos extintores están hechos a base de agua y suelen ser útiles para la mayoría de los incendios típicos en el hogar.
Clase B (se identifica con un cuadrado verde)
Se utilizan para los fuegos que implican líquidos inflamables como gasolina, queroseno, aceite, grasa y disolventes de pintura, que si nos fijamos en nuestro garaje, podemos encontrar algunos. Los incendios provocados en líquidos inflamables se deben extinguir con una composición química especial, ya que el agua por sí sola lo que haría sería propagar el incendio aún más.
Clase C (se identifica con un círculo azul).
Se utilizan para apagar los fuegos en equipos eléctricos o electrónicos que son sensibles al agua: cableado, electrodomésticos etc. Debería haber un extintor de este tipo en cada hogar.
Clase D (se identifica con una estrella amarilla).
Los extintores de clase D están asociados a metales combustibles como el magnesio, potasio y sodio, que suelen encontrarse normalmente en una zona industrial.
Clase K (se identifica con un hexágono naranja)
Esta es una nueva clasificación de extintores creados para el fuego de aceites de cocina. Este tipo de extintor de incendios es obligatorio en los locales que tienen una cocina.